Mi papel aquí es sobre todo daros la bienvenida, la bienvenida a esta plaza que se extiende desde la puerta de la casa donde albergara sus ilusiones y sus vivencias Miguel Hernández. Esas ilusiones y vivencias que después hizo versos.
Seguro que las mismas ilusiones y vivencias que han recogido profesores y monitores del Colegio Virgen de la Puerta y que han expresado aquí los alumnos de este Colegio gracias al programa ‘Educar desde el flamenco’. Educar, como dijo alguien, desde el desgajo y la alegría, y educar también desde la poesía.
Con su actuación hemos querido dar la bienvenida a todos, especialmente a los representantes de los Ayuntamientos de Albatera, Alicante, Callosa, Crevillente, Cox, Elche, Granja de Rocamora, Redován y San Isidro.
Porque ellos son la plaza, el foro, el descanso del caminante. Y la historia viva de la memoria de nuestro poeta.
Un poeta que, como todos los poetas, se recita, se canta y se pinta. A los que lo pintan cada año sobre las humildes paredes del Barrio de San Isidro, a los que lo pintaron en tiempos más lejanos a la par que pintaban la libertad, y a todos los que han de pintarlo en el futuro, hoy les tengo que dar la enhorabuena porque por un momento dejarán sus pinceles, cojerán un bastón y pintarán paso a paso lo único que sólo se puede pintar andando, el paisaje que configuró el alma de Miguel Hernández.
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