Historia de la Semana Santa Oriolana

En 1536. Los orígenes de la Semana Santa de Orihuela están íntimamente ligados a la Capilla de Loreto, ubicada en la Calle Mayor, junto al Palacio Episcopal, fundada en 1536, donde tenían su sede cuatro cofradías con las invocaciones del Santísimo Sacramento, Purísima Sangre de Cristo o Nuestro Padre Jesús, Nuestra Señora de Loreto y Nuestra Señora de los Desamparados. Sus obligaciones eran proveer la cera que se consumía en la Catedral y enterrar a los que morían desamparados y sentenciados por la justicia. Para realizar estos deberes tenían una fábrica de cera y pedían limosna en una procesión que organizaban el Viernes Santo por la tarde. A esa procesión, llamada «de los penitentes», también se unían los caballeros y ciudadanos, que habían formado la Cofradía de Nuestra Señíora de la Soledad. Desfilan en total cuatro pasos que representaban a Nuestro Padre Jesús Nazareno, Jesucristo clavado en la Cruz, el descendimiento y Nuestra Señora de la Soledad. Acompañando cada insignia van los cantores y músicos de la Catedral, dirigidos por su Maestro de Capilla.

En 1602. Existe constancia documental de que el Ayuntamiento de Orihuela pagaba las antorchas de cera blanca yroja, que utilizaban los jurados que acompañaban la procesión.

En 1622. Se firma una concordia entre los mayordomos de la Soledad y del Santísimo Sacramento, las dos cofradías que organizaban la entonces llamada «Procesión de la Sangre», que sacaban el Viernes Santo por la tarde de la Capilla del Loreto. En el preámbulo de la concordia se especifica que se realiza para evitar los disgustos que ocasionaban las discrepancias de los mayordomos de ambas cofradías cuando pretendían llevar la procesión por diferentes itinerarios. Para ello, acuerdan un recorrido fijo por diversas calles y plazas, además de pasar por el interior de la Catedral y de la Parroquia de Santa Justa, entrando por una de sus puertas y saliendo por otra.

A mediados del siglo XVII. Comienza a salir del convento de Franciscanos una nueva procesión que se celebra también el Viernes Santo, pero por la mañana. En ella se pedía limosna invocando a Nuestro Padre Jesús Nazareno, y surgen diferencias con la Cofradía del Santísimo Sacramento que hacía lo mismo por la tarde.

En 1661. La Venerable Orden Tercera, con sede en el Convento de Franciscanos, y la Cofradía del Santísimo Sacramento, con sede en la Capilla del Loreto, firman una concordia donde se reconoce que esta última, desde tiempo inmemorial, tenía la imagen de Jesús Nazareno y las demás insignias de la Pasión de Nuestro Señor, con las cuales hacía la procesión de Viernes Santo por la tarde, en la que pedían limosna invocando la Preciosísima Sangre de Jesucristo.

En los últimos años del siglo XVII, además de los mercaderes que ya colaboraban en la procesión de la tarde del Viernes llevando el Santo Cristo, se incorporan los panaderos y horneros que desde 1692, sacan la «Oración en el Huerto», y el gremio de labradores que participa en 1694, llevando una Cruz y sacando al año siguiente el conocido paso de «La Diablesa», realización del genial escultor fray Nicolás de Bussy.
En 1712, se abre una nueva etapa. Tras el paréntesis de la Guerra de Sucesión, vuelven a salir las procesiones, pero será a mediados del siglo XVIII cuando alcancen gran auge con el establecimiento de otro desfile que partía de la Capilla de la Santa Cruz y del Pilar.

En 1758. La Real Congregación de Nuestra Señora del Pilar organiza en 1758 otra procesión «de los Pasos de la Pasión de Jesuscristo», que se realiza el Jueves Santo por la tarde. Constaba de siete insignias realizadas por prestigiosos escultores. Entre ellas, destacan las construidas por Francisco Salzillo, que son motivo de orgullo para el arte de Orihuela: El Lavatorio, fechado en 1758; San Pedro Arrepentido, de 1759 y el «Pretorio y casa de Pilato» – actual Ecce-Homo -, estrenado en 1777. En esta procesión ya salían «armaos vestidos con yerros», bocinas y tambores.

La Semana Santa en el Siglo XIX

En el siglo XIX, después del paréntesis ocasionado por la Guerra de Independencia, el fraile franciscano Mariano de la Concepción Luzón hace que se renueven algunos pasos, salgan los «armaos», se realice de nuevo la procesión organizada por la Congregación del Pilar; y en 1852, el Martes Santo, salga desde San Gregorio, la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Caída, obra realizada por Francisco Salzillo en 1770.

Ya a mediados del siglo XIX, se celebran procesiones el Domingo de Ramos, Martes, Miércoles, Jueves y Viernes Santo. Nuestra Semana Mayor va adquiriendo mayor realce, aunque falle en ocasiones el fervor popular que es sustituido por nazarenos obligados. Después del paréntesis de la Guerra Civil, las procesiones de Semana Santa de Orihuela logran su máximo esplendor, como muy bien define el Obispo Almarcha: «Nuestras, procesiones decayeron cuando se relegaron a nazarenos obligados. Ha habido un tiempo de decadencia procesional, con siervos más o menos voluntarios. Miraban los señores las procesiones que hacían los siervos; menos mal si alguna vez se dignaban guiados, además de pagarlos…; hoy las cofradías, en hermandad cristiana, el primer sacrificio que hacen es… pagar por salir y luego ocultar su cara al público.

La Semana Santa en el Siglo XX

Allí, en rígidas filas, todos señores, todos caballeros, porque todos dan lo mismo y todos cumplen los mismos deberes, y todos tienen los mismos pergaminos de nobleza cristiana, van confundidos todos los oriolanos.

Efectivamente, durante el último medio siglo las procesiones de Semana Santa agrupan en sus diferentes Cofradías y Hermandades innumerables personas de la ciudad y su huerta. Son miles los nazarenos que participan cada afio en los desfiles penitenciales. Existen más pasos que en épocas pasadas y el espíritu de superación y participación es extraordinario. El visitante puede verse en el Museo de Semana Santa lo que, han acumulado muchas generaciones de oriolanos para conmemorar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, pero no conocerá la auténtica Semana Santa de Orihuela sino asiste o participa en su Semana Mayor. Además, ya en la última parte del siglo XX, concretamente en 1989, la Semana Santa de Orihuela fue declarada de Interés Turístico Nacional,gracias a las laboriosas gestiones del Diputado al Congreso por Alicante por Centro Democrático y Social, hijo de Orihuela, el Excmo. Sr D. Rafael Martínez-Campillo García.

La Semana Santa en el Siglo XXI

El Siglo XXI, ha traído el tan merecido reconocimiento como fiesta de interés turístico internacional a una Semana Santa de especial arraigo, tradición y devoción. Tal y como apuntan algunos autores, la Semana Santa de Orihuela es una de las más antiguas de España. Este aspecto, junto con la calidad de los grupos escultóricos y la singularidad de sus procesiones y de sus cantos, ha desencadenado que la Semana Mayor de Orihuela sea reconocida con la distinción de interés turístico internacional.

Fuente: Wikipedia