Con una atronadora e incesable tamborada se anunciaba en la madrugada de ayer la resurrección del Salvador y comenzaba la procesión en la que los nazarenos van sin capucha, vestidos de blanco y son jóvenes en su gran mayoría.
La procesión comenzó con la tradicional suelta de globos por parte de los niños de la Hermandad de la Resurrección, un castillo de fuegos artificiales y una lluvia de aleluyas que lanzaron los vecinos.
Después, La Dolorosa con el puñal clavado en el corazón en señal dolor continuó su camino hasta la Plaza Nueva, seguida del Ángel y El Salvador Resucitado, para que el acto del encuentro en el que un niño es alzado hasta la Imagen de La Dolorosa y le saca el cuchillo. Previamente el padre José Luis Satorre leyó la buena nueva y se soltó una paloma blanca.
Buenas fotos, ¿de quién son?