Discursos Caballero Cubierto

Antonio Sánchez, concejal de Festividades, y Manuel Franco, Caballero Cubierto

Discurso Antonio Sánchez, concejal de Festividades

Excelentísimo y Reverendísimo Obispo Don José Ignacio Munilla

Excelentísima alcaldesa de Orihuela e ilustrísimos compañeros de la corporación municipal

Ilustrísimo Caballero Cubierto, don Manuel Franco Tomás

Ilustrísimo Síndico Portador de la Gloriosa Enseña del Oriol, don José Ruiz

Señor presidente de la Junta Mayor de Cofradías, Hermandades y Mayordomías

Señor Glosador del Pregón de Semana santa

Señora Abanderada de la Semana Santa

Señor Nazareno de Orihuela

Ilustrísimos Caballeros Cubiertos

Ilustrísimos Síndicos Portadores de la Gloriosa Enseña del Oriol

Autoridades de las fuerzas y cuerpos de seguridad

Autoridades

Señoras y señores alcaldes

Señoras y Señores alcaldes pedáneos

Hermandad de Los Pilares de la Soledad

Hermandad de los Costaleros del Cristo Yacente y de La Cruz de los Labradores

Señor presidente de la Asociación de Moros y Cristianos “Santas Justa y Rufina”

Señora Armengola y señores embajadores

Representantes de asociaciones y entidades del municipio

Señoras y Señores
Hoy nos volvemos a reunir en este claustro centenario para hacer honor a una de nuestras tradiciones. Hoy nos reunimos en torno a un sentimiento y una Fe comunes que toman forma de Patrimonio inmaterial, de la expresión cultural que nos identifica.

Y con esto, damos continuidad a una tradición de siglos que se remonta a 1620, cuando el Papa Paulo Quinto concedió la célebre bula, confirmada posteriormente por Clemente Noveno, para que un oriolano pudiese entrar a la Catedral de Orihuela sin descubrirse por razón de su nobleza, sus méritos o su amor por Orihuela.

Esa distinción se materializó el pasado 23 de febrero en un Pleno municipal en el que la Corporación, de la que tengo el honor de formar parte, aprobó el nombramiento de Don Manuel Franco Tomás como Caballero Cubierto de Orihuela de 2023.

Será él quien abra la procesión del Santo Entierro de Cristo envuelto en el terciopelo negro y el hilo de oro de su estandarte. Serás tú, Manolo, quien cruce la Santa Iglesia Catedral sin descubrirte mientras los demás nos despojamos de nuestra chistera.

Don Manuel Franco Tomás, nació un 1 de noviembre en Orihuela. Hijo de don Jose María Franco y Conchita Tomás. Estudió en el colegio del Carmen, en el de don Santiago Casanova y en el colegio Santo Domingo. Después, se trasladó a Granada para licenciarse en Farmacia y así hacerse cargo de la botica de su abuelo, que hoy en día es uno de los pocos negocios centenarios que quedan en nuestra ciudad. Posteriormente, se especializó en nutrición y dietética, también por la Universidad de Granada, en Ortopedia, por la Universidad de Alcalá de Henares, y en formulación magistral.

Es cofrade del Perdón desde 1983 y dos años después, fue cofrade Portaguión. Desde 1984, es delegado de El Perdón en la Junta Mayor de Cofradías, Hermandades y Mayordomías y, desde 2003, es presidente de la Cofradía de El Perdón. Como amante inquieto de la Semana Santa de Orihuela, a la que tantos años de trabajo ha dedicado, pertenece también a la Sociedad Compañía de Armaos y Centuria Romana de Nuestro Padre Jesús, a la Cofradía de la Samaritana, a la Pontifica e Ilustre Hermandad de Nuestro Padre Jesús en el Prendimiento, de la Real Archicofradía y Mayordomía de Nuestra Señora del Pilar, de la Hermandad del Silencio y de la Hermandad de los Pilares de la Soledad.

Pero además de formar parte de esta gran familia, la de la Semana Santa, Manuel Franco ha formado otra mucho más especial. Me refiero a su mujer, María Angélica Lago Oliveira, oriolana de adopción que ha hecho suyo el amor por las tradiciones de nuestro pueblo. Y a sus hijos, Grazinda, Angélica, Pablo y Celso que, sin duda, son el mayor orgullo de su padre.

Querido amigo Manolo, Presidente de la Cofradía, de mi Cofradía: enhorabuena una vez más por tu nombramiento, tan merecido en alguien tan vinculado a la Semana Santa de Orihuela, tu ciudad.

Felicidades por ello de nuevo. A ti, a tu familia y a todos los que te quieren y te aprecian. Nos congratulamos contigo, todos los que sabemos de tu emoción y tu sentido de la responsabilidad ante la oportunidad de vivir estos días como Caballero Cubierto de Orihuela.

Después de ti, pasará la comitiva de los Caballeros Cubiertos que fueron distinguidos, en otros años, con este nombramiento. Y tras ellos, San Juan Evangelista, el legado en forma de consuelo que el Hijo dejó a la Madre. El discípulo designado para mitigar el dolor más grande que una mujer puede sentir.

Tras él, La Cruz de los Labradores, La Diablesa, paso singular donde los haya, que, pese a mostrarnos el rostro del mismo Demonio, nos reconforta, nos recuerda que la justicia divina existe. Que el Bien siempre triunfa sobre el Mal, que la Vida se abre paso entre la Muerte. Que pese a todos los horrores que provocamos los hombres, una luz nos guía y nos devuelve la esperanza en nosotros mismos.

Esa paz interior, se intensifica con el paso del Cristo Yacente que nos muestra su cuerpo inerte. El de quien tanto ha sufrido, que ha sido torturado y que se ha entregado a nosotros, a la Humanidad. Y que después de la más brutal de las torturas, de las humillaciones, de la crucifixión, nos muestra la paz en su rostro. El descanso eterno. Porque sabe que nada ha sido en vano y que la muerte no es el final. Es solo el principio de algo más grande que ni Él mismo sabe, en ese momento, que va a suceder.

Cierra la procesión Nuestra Señora de la Soledad, madre sin consuelo. Madre lacrimosa, como le dicen los Cantores de la Pasión que la acompañan. Madre que ha entregado a su Hijo con devoción y con una Fe admirables por parte de quienes, a veces, llegamos a pensar que el sacrificio es en vano.

Como dejó escrito Gabriel Miró:
“Hueca y rígida de terciopelo negro;
La faz de cera goteada de lágrimas;
Las manos de difunta sosteniendo un enorme corazón de plata erizado de puñales que se estremecían…”

Todas estas imágenes, que representan en madera tallada algo que va mucho más allá, siguen el camino pintado con las velas sostenidas por los oriolanos. Por representantes de asociaciones y entidades de nuestro municipio, por vecinos que acompañan a esta escena de Dolor y Amor por las calles de Orihuela. Todos, de luto, somos parte del Santo Entierro de Cristo.

Durante el anochecer del último día de la Pasión de Cristo, los más creyentes y los que no lo son tanto, somos conscientes de estar en un punto de inflexión. De estar en ese momento exacto en el que el cielo oscuro comienza a clarear, como cuando el primer rayo de luz asoma por entre las palmeras.

Voy a ir finalizando, pero permítanme que comparta con ustedes una idea personal. Para quien les habla es un orgullo poderme haber dirigido a todos Ustedes en un acto como el de hoy. Como concejal de Orihuela y en mis funciones como delegado de Festividades.
Pero es un orgullo aún mayor haber tenido la oportunidad, aun de manera muy breve, de servir a mi ciudad y a mis vecinos. Por ello, mi agradecimiento sincero por tanto apoyo y afecto recibido de personas e instituciones, mis disculpas si no he llegado a todo o a tiempo, y mi deseo, por supuesto, de que haya quien siempre lo pueda hacer mejor.

Ahora sí concluyo.

Señoras y Señores, Orihuela se reencuentra hoy consigo misma, con su tradición, con su fe y con su esperanza. Seremos protagonistas y testigos al mismo tiempo de esa historia que se remonta a siglos atrás y que seguimos escribiendo con la tinta del sentimiento de pertenencia a una comunidad.

Como una comunidad, en este caso, de la Fe que nos une en la Salvación por la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Nos convoca para todo ello, el reconocimiento a uno de los nuestros,
Manuel Franco Tomás, Caballero Cubierto en la Procesión del Santo Entierro de Cristo de este Sábado Santo de 2023.

Gracias a todos por su asistencia

Discurso Manuel Franco, Caballero Cubierto

Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de la Diócesis de Orihuela-Alicante
Excma.Sra. Alcaldesa – Presidenta del Excmo. Ayuntamiento de Orihuela y Corporación municipal.
Ilmos. Sres. Caballeros Cubiertos.
Ilmo. Sr. Vicario General
Ilmo. Sr. Deán
Sr. Presidente y Junta Mayor de Cofradías Hermandades y Mayordomías de la Semana Santa de Orihuela, Glosador,Nazareno y Abanderada.
Ilmas. Sras. e Ilmos. Sres. Síndicos Portadores de la Gloriosa Insignia del Oriol.
Sr.Inspector Jefe de la Comisaría de la Policía Nacional de Orihuela
Cuerpos de Seguridad nacionales y locales.
Alcaldes de la Vega
Excmas. e Ilmas. Autoridades locales, provinciales, autonómicas y nacionales.
Vicepresidente y compañeros de la Junta Directiva de la Cofradía del Perdón.
Hermandad de los Pilares de la Soledad y compañeros de su Junta de Gobierno.
Sra. Presidenta de la Cofradía Ecce-Homo
Sr. Presidente de la Sociedad Compañía de Armados de Ntro. Padre Jesús, “Los Armaos”.
Hermandad de Costaleros del Cristo Yacente y Cruz de los Labradores.
Sr. Presidente y Junta Central de las Fiestas de la Reconquista de Moros y Cristianos, Armengola y Embajadores.
Representantes de Asociaciones y demás instituciones.
Queridos compañeros Farmacéuticos.
Participantes en la procesión del Santo Entierro de Cristo.
Querida Angélica e hijos Grazinda, Angélica, Pablo y Celso.
Sras. y Sres.:
El día 21 de Febrero poco antes de cerrar la farmacia, recibí la visita inesperada de Dña. Carolina Gracia y de D. Antonio Sánchez con el cometido de proponerme ostentar el cargo de Caballero Cubierto para esta Semana Santa 2023. Fue tal la sorpresa que estupefacto, me quedé sin palabras. No sabía que decir. D. Antonio me dijo “pero hombre di algo”. Acepté con el convencimiento de que para un oriolano no hay otra opción. El nombramiento se hizo público al día siguiente, miércoles de ceniza sobre las 12 horas en el ayuntamiento. Desde entonces he recibido docenas de cartas y felicitaciones que agradezco profundamente y que D.m. contestaré pasada la Semana Santa.
Desde ese día junto con mi esposa, he asistido a todas las celebraciones litúrgicas que he podido, así como a todos los actos organizados, presentaciones de libros y revistas, conciertos, actos de presentación de cargos y traslados de imágenes. Ha sido una cuaresma intensa, agotadora, pero inolvidable. Y como no, destacar, con emoción contenida los cantos de los dos Grupos de la Pasión: gracias a todos por el trato exquisito y la deferencia recibidos.
Y llegado a este día Sábado Santo, en el que celebramos la muerte, santo entierro y Vigilia Pascual, me presento ante todos ustedes, consciente de la dificultad de transmitir en unos pocos minutos, todo el cúmulo de sensaciones, satisfacciones y orgullo que ha supuesto para mí y para mi familia, el honor que hoy se hace realidad, de poder caminar por las calles de Orihuela, portando el negro estandarte de la procesión del Santo entierro de Cristo, y, a mayor privilegio entrar en nuestra Catedral por la puerta de Loreto y salir por la de Anunciación, atravesando este lugar sagrado, cubierto, como lo han hecho durante siglos quienes me han precedido.
Esta noche, iluminada por la pálida primera luna de primavera, será una noche llena de contrastes y de sentimientos encontrados. No puedo dejar de traer a la memoria a las personas que ya no están, a las que tanto quería y con las que tanto he querido, y que a estas alturas de mi vida ya van siendo muchas.
Mi querido padre, médico de profesión y vocación, hombre alto en lo físico, de salud delicada pero muy grande en el espíritu. Siempre vestido de chaqueta y corbata, galano en lo externo, pero todavía más elegante en su personalidad. Su vida giraba en torno a la medicina y sus pacientes. Un hombre bueno que me inculcó su honestidad en el trabajo y su amor por Orihuela.
Y al recordar a mi madre, todo queda recogido en aquellas palabras de Monseñor Jara “esa mujer que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor y mucho de Ángel por la incansable solicitud de sus cuidados…. Una mujer que mientras vive no la sabemos estimar, pero después de muerta daríamos todo lo que somos y todo lo que tenemos por mirarla de nuevo un instante, por recibir de ella un solo abrazo, por escuchar un solo acento de sus labios”. Sí, la madre que me dio la vida y me empapó de su ser.
Mi hermano Jose, hombre sensible, inteligente y sobre todo muy cariñoso. No pudo soportar el fallecimiento de nuestros padres. Discutíamos tanto como nos quisimos, pero torpe de mí, no supe apreciar el amor de hermano que me tenía. Dios premiará su buen corazón y sus desvelos por sus dos grandes amigos: Emilio Peralta y Tomás Sáez. Vivía pendiente de mi mujer y de sus “sobrinicos”, como él decía. Jose te fuiste, pero siempre estarás en mi vida y en mi recuerdo orante.


Y siguiendo con los recuerdos, traigo a la memoria a mis amigos de carrera, a los de la infancia y a los de la Cofradía del Perdón.
A mi añorado compañero de pesca, con el que he vivido preciosos amaneceres, en el que el sol por estas latitudes emerge del mar como una bola de fuego y que al poco ya notas su tibio calor. ¡Cuantas noches pescando desde Gandía hasta el Cabo de Gata! Al final, llegas a casa casi sin nada y con el reproche de mi mujer:”¿Habéis estado pescando o en otro sitio?, a lo que le contestaba: “Rubia, somos tan buenos pescadores que cuando llegamos, el pescado huelen a dos depredadores y huyen aguas adentro”.
Pero como la vida misma, llena de luces y sombras, de gozos y de esperanzas, hace también que esta noche esté llena de muchas alegrías.
En primer lugar, Angélica mi mujer. Eje central de mi vida y sostén de toda mi existencia; la que aguanta y soporta día tras día mis manías y exigencias.
No se dejen engañar de su aparente frágil aspecto. Es dura como el granito de Porriño. ¡Es gallega, de un pequeño pueblo donde el río Miño se funde con el Atlántico en un abrazo. Allí vive su amplia familia que me acogió como un hijo más. Un espectáculo de la vida rural donde se dedican a la cría de pollos, gallinas, vacas de raza rubia Gallega, corderos, miel, vino blanco y tinto, patatas, pimiento de Padrón…Con todo esto, ¿ para qué voy a querer marisco?
Ah!, y mi querido cuñado, pintor prestigioso de esa zona a quien le tengo un profundo afecto.
Mi vida se colma de sentido gracias a los cuatro hijos que mi mujer me ha dado: Grazinda, Angélica,Pablo y Celso. Y como no puede ser de otra manera, con los hijos crece la familia: mi nuevo hijo Domingo, esposo de mi hija Angélica, Kyril, ucraniano, compañero de Grazinda, y Jeny Lyn, noruega, novia de Pablo con la que contraerá matrimonio este próximo septiembre en Galicia.
Lo que es la vida, una nueva familia en Formentera con Loli y Domingo y María del Mar, otra ucraniana, afincados en Orihuela Yuri e Ina, y los noruegos Ragnar y An Cristin. A falta de saber la procedencia de la novia de mi hijo Celso, para la próxima reunión familiar posiblemente contrate un intérprete.
No puedo olvidar por parte de mi madre, a la familia Tomás, repartida por media España.
Soy farmacéutico y me siento muy orgulloso de pertenecer a este colectivo. Por ello quiero destacar, desde esta tribuna, la labor de mis compañeros: profesionales sanitarios que día tras día, estén donde estén, pase lo que pase y a la hora que sea, ofrecen a sus pacientes asesoramiento, recomendaciones, un tratamiento, una cita médica o un simple consejo. Farmacias siempre abiertas, que forman parte del corazón vivo de los barrios, como último eslabón de la cadena sanitaria.
Así mismo, quiero compartir este nombramiento con todos los cofrades del Perdón y por supuesto con mis buenos amigos de la Junta Directiva, ya que sin su apoyo no estaría aquí.
También con toda la familia cofrade; hombres y mujeres que trabajan desde sus cofradías, hermandades y mayordomías con tesón y ahínco para hacer de la Semana Santa de Orihuela un acontecimiento religioso, cultural y social de reconocimiento internacional.

También con mis compañeros farmacéuticos, pues me siento muy orgulloso de pertenecer a este colectivo. Somos profesionales sanitarios que intentamos garantizar que las personas obtengan el máximo beneficio de sus tratamientos farmacológicos. Somos el último eslabón de la cadena sanitaria y estamos en contacto permanente con nuestro pacientes, asesorándoles o recomendándoles un tratamiento o una cita con su médico, por lo que podríamos decir, que las farmacias forman parte del corazón vivo de los barrios. Estén donde estén, pase lo que pase y a la hora que sea, siempre habrá una farmacia abierta para ofrecerle un servicio sanitario o simplemente un consejo.
Nací en el seno de una familia ligada a la cofradía del Perdón. Mis primeras procesiones fueron con una vesta heredada de mi abuelo paterno Manuel Franco, también boticario, del tercio de Nuestro Padre Jesús de la Caída .
Nuestro titular y fundador de la Cofradía del Perdón.
“Y si vienes y le rezas,
con pasión, con humildad,
comprenderás su grandeza,
de los pies a la cabeza,
la perfección sin igual,
y repetirás conmigo
solo le falta hablar!!!!


Una vesta, con un raso pesado de color negro brillante, su fajín, rojo magenta, también brillante, su capa negra con vueltas rojas y escudo bordado en oro, su capirote con escudo de oro, sus zapatos de charol y sus calcetines a juego con las vueltas. Cuando mi madre la colgaba para que se estirara antes de plancharla y quitarle la cera del año anterior con papel de estraza, impregnaba la habitación de olor a cera quemada tras muchos años de procesiones, olía a Martes Santo, a Semana Santa de Orihuela, olía, a gloria. Mientras mi madre me vestía, me daba los últimos consejos, cuidado con la capa hijo no te la vayas a pisar, que no se te olviden los guantes, no manches el capirote, no des los caramelos en la primera calle que luego te faltarán, y por último, el beso, siempre el beso de tu madre, pues no hay nazareno que salga de su casa sin el beso de una madre. Ya en la calle, vestido y camino de la iglesia de San Gregorio junto a mi hermano Jose, era la persona más feliz del mundo.
Cuando cumplí 12 años me hicieron una nueva vesta, esta vez de María Stma. del Perdón, la Macarena.
¿”Cómo les puedo decir que tu poder es infinito?
Que se agarren fuerte a tu ser
Que es el único camino
Que tú siempre estás ahí para ayudar a tus hijos
Que se llenen de tu misericordia
Que te recen con fervor
Que aún no está todo perdido
Que luchen contra el dolor
Que en ti encontraran alivio”

La vesta también era muy bonita, raso negro con vueltas de tisú de oro y calcetines amarillos. Con ella y bajo el cuidado de mi Virgen, me hice hombre, me casé y entré a formar parte de la junta directiva, algo impensable para mí, llegando a ser vicepresidente y ahí he estado 27 años, en los que también fui durante algún tiempo vara de trono de la Verónica.
“Verónica no tengas prisa
Deja que vean los hombres
Que entre dos manos tan limpias
Vas repartiendo perdones
A todo aquel que lo admira”
En el año 1993 se fundó un nuevo trono para la cofradía del Perdón, el Cristo del Calvario, y desde entonces procesiono junto a Él, con una preciosa y elegante vesta de terciopelo negro, con cíngulo de color azul sulfato de cobre cristal, terminado en colgaduras de plata.
Siempre lo guié con mi vara por las calles de Orihuela, y más tarde, tuve el inmenso honor de formar parte de esas mujeres y hombres, que con dulzura y suavidad, a las ordenes de su capataz, Jose Vicente, somos sus pies por las calles de esta ciudad, llevando sobre nuestros hombros con la fuerza que da la fé y el corazón, mecido con suavidad sobre mares de sentimiento , al amor entregado, la misericordia infinita, al Cristo del Calvario.
“Pídele su bendición, que te ayude y te proteja,
Y aprende de su valor , que siendo Dios como era,
Bebió el cáliz del dolor,
Para darnos el amor
A los hombres en la tierra”
Junto a Él y protegido por los ángeles del trono de la Verónica, paso plácidamente mis días hasta que Él decida.
Es muy emocionante para mí pensar que la Corporación Municipal me ha elegido para encabezar el Santo Entierro de Cristo portando ese Estandarte-Guión de terciopelo negro. Tras de mi, San Juan Evangelista portado por la cofradía Ecce-Homo, que precede al Triunfo de la Cruz o La Cruz de los Labradores, La Diablesa, de fray Nicolás de Bussy, que es el grupo escultórico más antiguo que desfila procesionalmente en la ciudad de Orihuela y posiblemente el más simbólico.
Detrás el Cristo Yacente de José Seiquer Zanón

“Dejad a Orihuela que llore en su duelo,
Que sea capilla que vele su cuerpo
Y tiña de luto negro el entierro,
Que pase yacente, sin vida, ya inerte
El Dios verdadero que vence a la muerte”
Y cerrando la imagen de la Soledad a hombros de sus pilares.
“Y hoy que te miro triste, desolada,
Hoy más te adoro Madre de amargura
Hoy todos con el alma traspasada.
Lloramos tu dolor y desventura
Hoy te vemos doliente, atribulada.
En soledad umbría ,Virgen pura.
Y con el alma de ternura llena

Templar queremos tu profunda pena”.

Celebrar el fin de la Semana Santa oriolana, dada su categoría de interés internacional, significa clausurar uno de los momentos de mayor proyección de nuestra ciudad.
La Semana Santa es, junto al contexto en el que se movió Miguel Hernández, el patrimonio histórico de la ciudad y las Fiestas de Moros y Cristianos, uno de los cuatro pilares que hacen de Orihuela algo especial, no muy frecuente en nuestro contorno próximo. Es la capital cultural e histórica del sur de la Comunidad Valenciana, no habiendo otro núcleo urbano que reúna tantos elementos ni tanta trascendencia.

Este escenario urbano no procede del inmovilismo ni es fruto de una tradición muerta, sino de las innovaciones y respuestas a los cambios que exigían los tiempos. La concentración de edificios religiosos era característica de las ciudades como aquella Orihuela de finales del siglo XVIII en la que “abundaba todo” como escribió Antonio Cavanilles.
No es casualidad que en nuestro Museo de Arte Sacro contemos con el cuadro de Sto. Tomás de Velázquez, porque aquel gran pintor de la Corte recibió un encargo con destino a una gran institución oriolana. Durante siglos Orihuela, desde Santiago a Santo Domingo, fue un gran campo de innovación arquitectónica para pasar del Gótico mediterráneo de la Catedral, al Renacimiento o el Barroco protagonizado por artistas que rompían los esquemas existentes.
Si contamos hoy con una Semana Santa especial es, en gran medida, porque las nuevas manifestaciones religiosas y los artistas que se asociaban a ellas dejaron aquí algunos de sus reflejos más destacados como el emocionante canto de la Pasión, y era lógico que sucediera así en la patria de Ginés Perez de la Parra el oriolano gran músico del Misteri . Y lo mismo de los artistas imagineros que hoy contamos con orgullo en nuestro patrimonio como Nicolás de Bussy, Salzillo, hasta llegar a Galarza, Quintin de Torre, Coullaut Valera, Sanchez Lozano, etc.
Se ha dicho ya muchas veces en escritos sobre Semana Santa, que nuestra ciudad representa un “marco incomparable” , y a mí, esa expresión no me gusta, pues además de estar ya muy gastada, creo que no ayuda de cara al futuro. No debemos ver a nuestra ciudad como un decorado antiguo en el que transcurren las procesiones de Semana Santa.
Tenemos tradición, una tradición muy valiosa porque en el pasado entre los oriolanos hubo creatividad y adaptación a los cambios de los tiempos. El canto de sirena del inmovilismo o la inercia suele conducir al colapso y no transmite cosas importantes para los que vienen después, es decir, a los oriolanos del futuro.
Así como la Cuaresma es un tiempo de reflexión que nos conduce a la Resurrección, debemos prepararnos para que ésta surja y abarque a Orihuela en su impulso renovador creando una ciudad de marcado carácter universitario, que ofrezca una alta calidad de vida a sus habitantes ,respetando el medio ambiente y la cohesión social.
Es el momento de cuidar los espacios naturales de nuestro entorno, de interconectar la ciudad con sus pedanías con una eficiente red de transporte urbano , de peatonalizar nuestro entorno histórico, de crear durante los meses de verano certámenes de música o teatro que atraigan a la gente de la costa harta del ruido y aglomeraciones, y de paso, eliminar el cartel de “cerrado por vacaciones”, que cuelga desde que terminan las Fiestas de Moros y Cristianos, hasta la virgen de Monserrate, y hace que pasear por Orihuela sea igual que hacerlo por un cementerio.
Es el momento en definitiva, de pensar en la transmisión y divulgación de ese patrimonio que hemos heredado y hacerlo en mejores condiciones que lo recibimos.
Mi admirado Sir Winston Churchill dijo “El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.
Pido a Dios, nos conceda políticos de esta altura intelectual, para el bien de las próximas generaciones. Orihuela se lo merece.
Muchas gracias.

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