¿Cómo consiguió el oriolano Juanmi López cruzar a nado el Estrecho de Gibraltar?

Así fue la historia del nadador oriolano que se enfrentó a condiciones extremas de corrientes y oleaje

El nadador Juanmi López ha logrado una hazaña extraordinaria al cruzar a nado el Estrecho de Gibraltar, enfrentando condiciones extremas de corrientes y oleaje, en lo que él mismo describe como “una experiencia única”. El cruce, que comenzó en la Isla de Tarifa, tuvo que ser modificado debido a la fuerza del mar, lo que obligó a López y su equipo a cambiar su destino original, el puerto de Tanger Med, y dirigir sus esfuerzos hacia la playa Dalia, también en Tánger.

En sus declaraciones, López explicó los desafíos que afrontó durante la prueba. “El oleaje era tan fuerte que llegar a Tanger Med era un suicidio”, afirmó. A lo largo de la travesía, el equipo de nadadores se vio forzado a recorrer una distancia mayor a la prevista, pasando de los 14.5 kilómetros iniciales a casi 17 kilómetros, debido a las complejas corrientes marítimas.

López también destacó el papel crucial de la organización encargada de garantizar la seguridad de los participantes, la Asociación de Cruce a Nado del Estrecho de Gibraltar (ACNEG), quienes gestionan el tráfico marítimo y cortan parte de las rutas para asegurar el paso de los nadadores. “Uno de los peligros más grandes son los buques de carga y trasatlánticos, que pasaban a tan solo 200 o 300 metros de distancia, generando olas enormes”, recordó López, describiendo la tensión de nadar en aguas frecuentadas por grandes animales marinos, como orcas y tiburones.

El apoyo desde el mar: un despliegue esencial

Durante la travesía, López contó con el apoyo de varias embarcaciones clave para su seguridad y orientación. Una de las embarcaciones de asistencia estaba destinada a llevar al presidente de la ACNEG, el juez de la competición y otros responsables del tráfico marítimo, quienes supervisaban de cerca el cruce. Otra embarcación estaba disponible para los familiares y el equipo de apoyo, aunque con la estricta regla de no interferir en la carrera, manteniéndose siempre detrás de los nadadores.

Además, un barco guía marcaba la ruta a seguir, avanzando unos 300 metros por delante de los nadadores. López señaló la importancia de esta embarcación, ya que los nadadores debían seguirla de cerca para no desviarse del rumbo en medio de las corrientes y las aguas agitadas.

Selección y preparación: un reto internacional
No cualquiera puede aventurarse a cruzar el Estrecho de Gibraltar. López explicó que para participar en este tipo de pruebas es necesario tener un bagaje considerable en la natación de aguas abiertas. “Somos nadadores de nivel internacional, cada uno de un país diferente”, comentó López, destacando el nivel de exigencia para ser seleccionado. Durante todo el año, los nadadores se comunican y comparten pruebas de ritmo, asegurando que todos estén alineados en cuanto a rendimiento. “Tenemos que nadar los cuatro juntos, en línea, sin hacer draff, porque la seguridad depende de que vayamos todos al mismo ritmo”, subrayó López, resaltando la importancia de la coordinación en grupo para superar los peligros de las fuertes corrientes y la fauna marina.

El equipo de nadadores que logró dicha gesta estaba compuesto por el lituano Justas Narkevicius, el ucraniano Sergil Matus, el ruso Maxim Pichugin y Juanmi López.

A pesar de las adversidades, López expresó su satisfacción por haber concluido el reto con éxito. “Al final, todo salió bien, que era lo importante”, declaró con orgullo, agradeciendo al equipo y a la organización por hacer posible esta experiencia.

Este cruce se suma a las muchas travesías legendarias del Estrecho de Gibraltar, reafirmando el lugar de Juanmi López entre los grandes nadadores de aguas abiertas a nivel internacional.

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