¿Qué o quién es un sádico?, por Enrique Luis

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El sadismo es un término que ha sido utilizado normalmente dentro de una índole sexual. Más tarde, Freud elaboró el concepto como un elemento de la agresividad masculina. Aunque no está incluido como diagnóstico dentro del sector clínico, los sádicos son personas que presentan un carácter más fuerte que los demás. Reflejan su necesidad de dominar, no temen al fracaso y están dispuestos a hacer lo que sea con tal de conseguir sus objetivos.

El problema de este tipo de personas, es que suelen ser hábiles y competentes para lo que se proponen. Pero el problema es cuando estos rasgos se intensifican. Pueden dejar la ética y la moral a un lado, dejar de pensar en las necesidades del otro incluso cometer crímenes. Suelen ser «los jefes» tanto del ámbito laboral como del familiar. Ejercen con naturalidad el poder y la autoridad, funcionando muy eficazmente dentro de las jerarquías tradicionales. Seguro que alguna vez se han tropezado con personas de este tipo. Lo curioso es que si se les apoya suelen ser bastante cariñosos, lo que hace que tengan bastantes seguidores dada la seguridad que muestran en sí mismos.

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Con los que no están a su favor suelen ser muy agresivos, sobretodo si alguien se interpone en sus metas. Su sensibilidad por miedo a sentir la amenaza que puede ser otra persona que intenta competir con él es muy alta. Detectar esto explícitamente es un gran problema puesto que el sádico tiene un gran poder para controlar (o mejor dicho reprimir ante los demás) sus emociones. Pueden parecer insensibles cuando subordinan los sentimientos a los resultados de su trabajo. Paradójicamente es que a la vez disfrutan con la competición, la necesitan, porque son poderoso enemigos.

Imagínense alguien que está dispuesto a dar cada una de sus energías y recursos por conseguir aumentar su sensación de poder. Odia que intenten controlarlo, de una forma tal que odiará a toda persona que sea dependiente de otros o que tenga algún tipo de discapacidad. El miedo a mostrarse débil hace que ataque a todo sector que él considere poco productivo. Las personas que quieran estar en segundo plano, verán a este tipo de personas como ilustres o carismáticos. Los dictadores son un gran ejemplo de este tipo de personalidad. Jamás una personalidad sádica va a reconocer su culpa. No lo conciben, el fracaso o dar la razón al otro no entra dentro de su repertorio. Si tienes a alguien así a tu lado no insistas, no intentes llegar a un término medio, intenta dar la razón a sus argumentos a la vez que explicas el tuyo como algo diferente y que no invalida lo que te acabe de decir.

Este tipo de personalidades se encuentran en multitud de directivos empresariales. El problema es que el sector empresarial suele valorar a este tipo de personas, ya que se basan más en el “los beneficios” que pueden rentar y los sentimientos son inútiles en la vida. Cuando creas que este tipo de personas tienen razón con sus poderosos argumentos pregúntate: ¿No es acaso el terreno emocional la auténtica recompensa? Te intentarán convencer para que no seas tú mismo, para que te sientas un fracasado. Pero aquel que fracasa es el que ha perdido la humildad y le da miedo mirar su interior.

[author image=»https://www.orihuela.info/wp-content/uploads/2013/07/enrique-luis-crec-psicologos.jpg» ]Enrique Luis es psicólogo especializado en clínica y salud. Sexólogo y terapeuta de pareja. Realiza su práctica clínica en CREC Psicólogos.[/author]

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