Un proyectil medieval del siglo XIV, Pieza del Mes de abril del Museo Arqueológico Comarcal de Orihuela

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El edil de Patrimonio Histórico, Rafael Almagro, presentó este lunes en el Museo Arqueológico Municipal San Juan de Dios de Orihuela la «Pieza del Mes» correspondiente al mes de abril.

La pieza elegida en esta ocasión «es un proyectil de piedra caliza tallada del siglo XIV, encontrado en las excavaciones arqueológicas de la Plaza de la Soledad, utilizado durante uno de los asedios de la ciudad durante la Baja Edad Media, probablemente durante la Guerra de los Dos Pedros (1356-1369)», explicó el edil.

«La forma redondeada de este proyectil planteaba una mayor puntería para el objetivo que se pretendía alcanzar, que es romper murallas y producir destrozos al ejército enemigo», añadió Almagro.

En el caso de Orihuela, existen numerosos asedios documentados, como el del 713 de las tropas islámicas de Aurariola visigoda; el asalto de los castellanos de la Uryula islámica después de la capitulación de Alcaraz en 1243, y el de 1265 de Jaime I el Conquistador para sofocar la revuelta mudéjar, además del mencionado conflicto de los Dos Pedros entre las coronas de Castilla y Aragón.

El edil estuvo acompañado por el arqueólogo municipal, Emilio Diz, y Mari Carmen Sánchez, licenciada en Historia Antigua y Arqueología, miembro de ADAMACO (Asociación De Amigos del Museo Arqueológico Comarcal de Orihuela) y autora de la ficha explicativa que acompaña a la pieza.

«El asedio a las ciudades en la época medieval implicaba la instalación de un campamento y el uso de máquinas de asedio características, como arietes o catapultas, ya sean de torsión o de tracción y contrapeso», manifestó Diz. Estas catapultas contaban con una estructura de madera y una viga basculante en su zona superior sujeta por un eje. «En uno de sus extremos se colocaba una honda y desde el otro se producía una tracción por medio de un gran contrapeso, que permitía el lanzamiento del proyectil a grandes distancias», matizó el arqueólogo.

«Se han localizado proyectiles de este tipo en varias excavaciones arqueológicas de nuestra ciudad, con un peso comprendido entre los 30 y 70 kilogramos», explicó la autora de la ficha. «El uso de catapultas también suponía con un ataque psicológico que en ocasiones queda explícito», añadió Sánchez, «ya que mediante el lanzamiento de otros elementos como cabezas de enemigos o de animales muertos, se buscaba desmoralizar a la población y propagar enfermedades en la ciudad sitiada».

El edil de Patrimonio Histórico quiso aprovechar la ocasión para «dar las gracias a la asociación ADAMACO por la colaboración que tienen de manera permanentemente con este museo», al mismo tiempo que invitó a los ciudadanos de la comarca a acudir al mismo y contemplar la pieza.

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