Una de las tradiciones que distinguen a Orihuela del resto de ciudades del mundo es la de que, desde hace más de dos siglos, todos los nuevos obispos entran por la Puerta de la Olma a lomos de una mula blanca el día que ocupan el sillón de la seo oriolana y reciben el báculo y la mitra, y Jesús Murgui no será menos.
Siguiendo la tradición, lo primero que hará el obispo será ir a Cox a comer un arroz y costra. Después se dirigirá hasta San Antón pasando por las ciudades de Callosa y Redován.
En el barrio de San Antón cumplirá con otra tradición: la de rezar en la ermita y tomar una limonada fresca para continuar con el camino. Esta tradición es más antigua aún que la de la mula y se viene realizando desde que el obispo monseñor Gallo la instaurara en el año 1566.
En el mismo barrio de San Antón le estará esperando una mula blanca que le llevará desde la ermita hasta la Puerta de la Olma y le acompañarán a caballo la Comisión de Festividades del Ayuntamiento.
Entonces es cuando tendrá lugar el acto más esperado de la tarde, cuando el pertiguero que conduce la mula del obispo toque a la puerta, que a excepción del resto de días estará cerrada, y el alcalde pregunte quién es, abriéndola una vez se hayan identificado.
El obispo continuará a pie su camino hasta la Catedral por calles que se habrán decorado con guirnaldas y los suelos con flores perfumadas, donde tomará posesión oficialmente de su cargo como obispo.