Una advección cálida subtropical ha provocado que el mes de julio se despida con un ambiente tórrido en muchos puntos del sureste peninsular. Además, el polvo en suspensión y la presencia de nubosidad de tipo medio y alto, han desencadenado una sensación de bochorno muy acusada. Así pues, la temperatura máxima registrada en Orihuela el sábado fue de 35,3ºC, mientras que el domingo ha ascendido a 39,6ºC, quedándose a una décima de la anotación más alta que se ha llevado a cabo en lo que va de año: 39,7ºC el día 13 de junio.
“Todo lo que sube tiene que bajar”. Tendremos un respiro. El mes de agosto comenzará con un descenso térmico muy notable, con respecto a lo vivido a lo largo de los últimos días, en el área mediterránea. Seguiremos bajo parámetros de estabilidad atmosférica, con el flujo de vientos marítimos como encargado de frenar la subida al alza de los termómetros. No obstante, recuerden que continuamos en la época de la “canícula estival” (periodo de tiempo en el que se suele alcanzar la temperatura más alta del año, en España establecido entre el 15 de julio y el 15 de agosto). Por ello, no se puede descartar que tengamos próximamente un nuevo episodio de altas temperaturas
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